Cuadernos

jueves, 10 de noviembre de 2011

Muerto pero mío.

Muerte y vida (G. Klimt)

Muerto pero mío, mi pensamiento naufragaba entre los mares de la viva conciencia. Muerto por inanición, por ausencias de palabras que no son. La muerte deviene cuando uno no sabe, cuando a uno no le quedan ya fuerzas para decir ni tan siquiera, aquí estoy. Busco en el valle de la  creación aquello que genera vida donde antes existía la nada, reseca de ecos inaudibles en la lejanía. Evoco el impulso de empezar, de iniciar el esbozo. Pero nadie es cuando lo muerto se impone y a uno no le queda más que yacer junto a él.