Entre ríos de normalidad, la extrañeza de que para mi todo es una novedad, aunque mi mirada, con el tiempo, se torna cómoda. Camino con menos extrañeza frente a los paisajes diarios, a los caminos recorridos, las caras ya familiares...que rápido se acostumbra nuestro "yo" a la nuevas realidades. Así, sin darnos cuenta, de una manera casi automática. Soy consciente de ello, pero quiero revelarme, no podemos ver el mundo siempre como a un viejo conocido, que ya no nos sorprende, que se torna previsible.
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