Cuadernos

miércoles, 16 de marzo de 2011

El Dios de las pequeñas cosas...

Uno está acostumbrado a tener unas mínimas comodidades si vive en una sociedad de un país más o menos acomodado y dispone de un monto mínimo cada mes que le permita tener cubiertas una serie de necesidades mínimas; agua caliente, electrodomésticos, televisión, ordenador, conexión a internet...etc.No, no hablo de disponer más allá de eso. Pero ¿qué pasa cuando por un tiempo, por las circunstancias que sean, se nos despojan de todo ello?. Cuando el agua que sale de tu grifo es fría, cuando no tienes una nevera donde guardar tus alimentos ni ningún tipo de electrodoméstico, únicamente una cocina con dos fuegos, te tienes que lavar la ropa a mano...etc.

Está claro que hablamos des del punto de vista puramente material. Quizás a alguien le puede parecer totalmente superficial hablar de esto, pero para mi, que no me considero una persona excesivamente consumista, a sido algo de lo que recién estoy acostumbrándome. Pero por otro lado, resulta también un aprendizaje o desaprendizaje, según como se mire. 

Aprender a vivir de otra manera, con menos cosas, con sólo lo básico ,inevitablemente te ayuda a valorar aquello que tienes por poco que sea, hasta convertirse en un tesoro. Está claro que quien tiene de todo no es capaz de apreciar nada de lo que tiene, pero, al contrario, cuando tienes poco, aprecias de sobremanera lo poco que conservas o posees. Es lo que me ha pasado a mí estos días, cuando he pasado de un estado de comodidad absoluta, más que en mi propia casa, a un espacio más austero, donde he valorado desde el plato del que como, hasta del agua que sale cada día de la cañería defectuosa y desviada.

3 comentarios:

  1. martona!

    estic totalment d'acord amb el que escrius, valorem les coses quan no les tenim, quan ho perdem, i al recuperar petites coses, ens semblen grans tresors.

    veig que els aprenentatges estan sent grans, me n'alegro molt per tu, bonica!

    Penso molt en tu, espero que rebis la meva energia,

    una abraçada molt gran princesa1

    ResponderEliminar
  2. Marta!Me n'alegra molt saber de tu! segueixo el teu blog també! com va el piset?? i si estic aprenent un munt de coses!! està essent una experiencia genial la veritat....

    Estem en contacte ok? i si em sento molt a prop de vosaltres! un petó gran!!

    ResponderEliminar
  3. Es muy cierto. El país en donde vivo es un poco así, una tiene algunas cosas algunas veces y otras no... no hay gas o es muy caro, uso carbón. No hay energía eléctrica o es muy cara, me baño con agua fría. Suben excesivamente los precios de los comestibles, los suplo con otros. Con el tiempo esto se volvió cotidiano, carecer de algunas cosas, sustituirlas si se puede y si no seguir adelante. No es el fin del mundo.

    En mi caso las cosas vienen y van, y la sociedad en la que vivo es complicada en sus carencias pero sencilla una vez adaptada. Suele serme difícil explicar por ejemplo, que el único "lujo" que tengo es mi conexión a internet, y la mayoría da por sentado que tengo todas las demás comodidades porque tengo internet y etc. Nunca se ponen a pensar que por ejemplo, elijo dejar de tener muchas cosas para tener ésta.

    Yo tomo esto como un pequeño entrenamiento. Entrenamiento del carácter, ante las impermanentes circunstancias de la vida material. Quién sabe, alguna vez me sea útil.

    O ya lo es. :)

    ResponderEliminar