Mujer de largas trenzas que lloras de espaldas a la balconada de tus ojos.
Tu cabellera se aboca dividida al precipio de su pecho.
Pero su mano tampoco consigue llegar a tu seno desnudo,
y pasó de largo....
Éste llora amargas gotas blancas en cuchara.
Ambos estirando hacia polos opuestos,
irrenconciliables,
mientras de nuevo, la fisura por donde se adentra
otro yo, otro él/ella
se convierte en un monstruo de mil brazos
que lucha por separar ese cuerpo desdoblado.
Tu cabellera se aboca dividida al precipio de su pecho.
Pero su mano tampoco consigue llegar a tu seno desnudo,
y pasó de largo....
Éste llora amargas gotas blancas en cuchara.
Ambos estirando hacia polos opuestos,
irrenconciliables,
mientras de nuevo, la fisura por donde se adentra
otro yo, otro él/ella
se convierte en un monstruo de mil brazos
que lucha por separar ese cuerpo desdoblado.
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